Dice la cuarta de forros:
Shimamura regresa al País de nieve atraído por la belleza de la estación y el tradicional estilo de vida. Pero vuelve especialmente por Komako, una joven aprendiz de geisha que conoció en un viaje anterior. Él es un hombre rico, de mediana edad, que intenta escapar de un matrimonio sombrío y de su vida en Tokio. Ella, una bellísima mujer vulnerable a sus propias emociones, que madura ante los ojos de su amante. El amor apasionado que Shimamura despiera en Komako le plantea un dilema: incapaz de corresponderlo, pero a la vez fascinado por su intensidad, optará por repetir y prolongar su estadía en las termas aprovechando la distancia perfecta que le ofrece la relación huésped-geisha. Un tercer personaje, la misteriosa Yoko, teje su destino al de la pareja, con el blanco de la nieve como trasfondo y presencia continua.
En País de nieve, Yasunari Kawabata relata con maestría el triángulo del amor, la belleza y el paisaje con su escritura sutil y poderosa.
Lectura recomendable aunque podría parecer que no es la gran cosa. No quiero pensar que es por ese asunto tan estorboso de "lo oriental".
Un tema que sale al paso, del que por cierto hablaba con Amaury Estrada hace algunas semanas, es el de la nueva poesía, o bien, el del los cambios generacionales, o bien, el de las transiciones, o bien, etcétera. Recuerdo haber mencionado en esa charla, casi al vuelo, que en México las generaciones que me parecían de transición entre el siglo XX y el XXI eran, precisamente, las de los años sesentas y setentas. Al parecer no andaba tan perdido. Para entonces ya conocía el libro A contraluz. Poéticas y reflexiones de la poesía mexicana reciente (tierra adentro, 2005), compilado por Rogelio Guedea y Jair Cortés; y hace poco he encontrado una antología hecha por Julio Ortega, Poesía latinoamericana del siglo XXI. El turno y la transición (siglo XXI, 1997).
se ha establecido en el rango de 'poesía joven' o 'poesía actual' y la selección de autores es tal vez tan justificada como arbitraria, teniendo en cuenta que toda elección es, de suyo, una renuncia." En este libro los poetas reflexionan en torno a la vigencia de la poesía y otros asuntos pertinentes. En cambio, en El turno y la transición, no hay nada más que obra para mostrar en términos menos ensayísticos el estado actual de la poesía "joven". Otras diferencias son que en el libro de Ortega, los años van del 59 al 75, y hay solamente dos poetas mexicanos: Jorge Fernández Granados y Ernesto Lumbreras.