Este libro de Steiner reúne, en diez breves capítulos, unas buenas razones de por qué los artistas hacen tanto drama con respecto a la creación y al mito de las imposibilidades creadoras y del ir más allá y la trascendencia, etcétera. En realidad no dice nada nuevo, sino que nos refresca la memoria y advierte que siendo el hombre una especia tan autorreferencial, todo lo que lo rodea es una causa muy lógica (quizá hasta natural) del "pensarse a sí mismo el pensamiento".
Aquí una breve nota de las razones:
1. El pensamiento es ilimitado pero inaccesible del todo.
2. No podemos ser concientes de la totalidad del pensamiento.
3. El pensamiento es también un lugar terriblemente común. O sea que en realidad pocos saben utilizar sus buenas ideas.
4. Pensamiento vs. Lenguaje.
5. "Pensar es algo casi increíblemente despilfarrador". (Intelectuales, !produzcan!)
6. El pensamiento es inexpresable.
7. No podemos dejar de pensar.
8. La inaccesibilidad del pensamiento nos deja terriblemente solos.
9. No hay equilibro entre nosotros los pensantes: unos piensan más (¿mejor?) que otros.
10. ¿Cómo "pensar en el ser" si "pensar es ser"?
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