Sí, ya compré el libro de inéditos de Cortázar, la edición de Alianza de El maestro y Margarita, de Bulgákov (que había leído en Debols¡llo y que es un libro extraordinario) y una edición de Ficciones que me faltaba. Pero no soy feliz. Claro que a usted eso seguramente no le interesa en absoluto. Así que paso a hablar del libro de Cortázar.
Todo un volumen para fans, grupis, geeks, etcétera. El formato de la edición parece querer emular el tamaño de su autor: muy alto; y aunque no me he emocionado demasiado con los textos de cronopios, sí que estoy saboreando los cuentos del tal Lucas, uno de mis favoritos. Los poemas no son la gran cosa, bien lo decía Cortázar en la entrevista de TVE de 1977 (la cual anda por ahí y yo me he editado recientemente en un lindísimo DVD casero, ¿ud. gusta?), los poemas eran muy para él.
En fin, mejor cuelgo de una vez uno de los relatos.
Lucas, sus papelitos sueltos
(tomado de Papeles inesperados, Alfaguara, 2009)
El atado de cigarrillos sobre el escritorio, la vasta nube potencial del humo concentrada en sí misma, obligada a esperar en ese paralelepípedo cuyas aristas y ángulos constriñen una voluntad esférica, un interminable helecho de volutas.
O lo contrario, la niebla matinal desflecándose contra los techos de la ciudad, buscando torpemente concretarse en un ideal de rigor inmóvil, en el paquete que dura, que permanece sobre el escritorio.
*
Entonces miró largamente su mano, y cuando verdaderamente la vio, la aplastó contra sus ojos, allí donde la proximidad era la única posivilidad de un negro olvido.
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